Por: Boris Bernal Mansilla* - Nemecio Huanacu Calamani**
FUENTE: Periódico La Razón, Suplemento La Gaceta Jurídica, 19 de junio de 2015
FUENTE: Periódico La Razón, Suplemento La Gaceta Jurídica, 19 de junio de 2015
Taypi Ayca (en
español “centro afable”) es un pueblo ubicado en el distrito de
Italaque, en el municipio de Mocomoco, provincia Camacho de La Paz, y
guarda una invaluable riqueza material e inmaterial como patrimonio
cultural: “Los Sicuris”.
El sicuri, imponente, majestoso, sencillo, místico y melancólico, es una perfecta complementariedad. El sonido individual de cada uno de los componentes hace que todos converjan en una sola melodía, de este modo el mecanismo del clavicordio es un infante comparado con ello.
Sobre el génesis de Los Sicuris, Rigoberto Paredes recogió un legado de la tradición oral del este pueblo:
“Cuenta la historia que mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras, en un ayllu cercano a Huarcamarca, llamado Taypi Ayca, un anciano cuidaba a su nieto. Los sollozos de la criatura irrumpían en el silencio omnipresente del altiplano. Los padres del niño habían salido a cuidar sus chacras y a recoger la papa hecha tunta que reposaba en unos charcos cercanos congelados.
La mañana era luminosa y el suelo blanco, cubierto con una capa delgada de hielo.
–Caramba esta wawa no se calla– decía el anciano golpeando la cebada para sacarle el grano. Se acercó al poyo donde borreaba su nieto y le pregunto con voz de abuelo:
–¿Qué pasa contigo che?– y el niño pego un grito tan fuerte que le cambió el color del rostro de barro a morado. El viento sopló fuerte y le sacó un dulce sonido a la caña de cebada. Entonces el anciano hizo una cosa muy rara, tomó varias cañas de distintos tamaños y sopló a través de ellas; inundó la casa una música suave y armoniosa. El niño, al oír aquello, dejó de llorar.
Así, aquel hombre, sin darse cuenta, inventó el sicu o zampoña. Cuando los padres del niño llegaron a casa se regocijaron por aquel invento. Estaban contentos y reían de la ocurrencia del abuelo sin saber que aquél era el origen de los sicuris y que su hijo perfeccionaría aquel instrumento musical usando cañas de carrizo y acompañándolo con el bombo. Cuando el niño creció reunió a sus amigos, con ellos compuso melodías que tocaba una y otra vez mientras cuidaba el rebaño de llamas de su padre y durante las fiestas de pueblo”.
Coincidiendo con el investigador Homero Elías Chávez y con otros autores, Taypi Ayca hoy puede ser considerado como el centro principal de la música indígena originaria, por ser la fuente inicial de Los Sicuris y lugar donde se encuentran los maestros que los interpretan.
En épocas prehispánicas, Taypi Ayca pertenecía al curacazgo Kallawaya. Estudios realizados acerca de diferentes culturas precoloniales revelan que la música es un factor intrínseco de la espiritualidad y de los ritos de los pueblos, axioma que explica el vínculo entre los sabios médicos naturistas y los maestros del sicuri en el territorio Kallawaya.
En la época colonial, recogiendo la forma de organización política y administrativa del incario, Taypi Ayca constituye el Ayllu Taypi con las zonas Morocarca, Chiñaya y Hancohuma de la parcialidad de Huarcas del territorio de Italaque, dirigida por el cacique Quenallata, quien dejó plasmada su imagen tallada en el portal de la iglesia de Italaque, como lo registra el Archivo Parroquial de Italaque de 1776.
Al inicio de la República, Taypi Ayca formó parte de la estancia Taypihata del Ayllu Collana de la parcialidad Huarcas del cantón Italaque, constituida por las zonas Morocarca, Ayca, Chiñaya y Hancohuma, como lo registra el Archivo Nacional de Bolivia en Sucre en su revista número 179 de 1832.
Un libro de actas de 1956 describe la creación de la zona de Lliji Lliji y su posterior constitución como comunidad, aproximadamente, en 1980 y, en el último tiempo, se creó la comunidad Phojraka.
Con el proceso de Participación Popular en 1994, Taypi Ayca y Lliji Lliji pasaron a formar parte del cantón Italaque del municipio de Mococomo. Ya como comunidades, Morocarca, Chiñaya, Hancohuma y Phojraka integraron el municipio de Puerto Acosta, ambas jurisdicciones integrantes de la mismo provincia Camacho.
En ese sentido, el 21de enero de 2015, a través de la Ley Departamental Nº 80, se declaró la “Música y Danza Autóctona de Los Sicuris de Taypi Ayca, Italaque, del municipio de Mocomoco de la provincia Camacho del departamento de La Paz: “Patrimonio cultural, inmaterial del departamento de la paz, y a la comunidad de Taypi Ayca cuna de Los Sikuris Mallkus de Taypi Ayca, con su capital italaque”.
Al mismo tiempo, se reconoce a las comunidades y municipios de la provincia Eliodoro Camacho del departamento de La Paz como la mayor influencia y práctica para la preservación de Los Sicuris, respetando las características propias de cada lugar.
*Es filosofo del Derecho y descendiente de cacicazgo Kutipa de Italaque.
**Es dirigente y miembro de Los Sicuris Mallkus de Taypi Ayca, Italaque.
El sicuri, imponente, majestoso, sencillo, místico y melancólico, es una perfecta complementariedad. El sonido individual de cada uno de los componentes hace que todos converjan en una sola melodía, de este modo el mecanismo del clavicordio es un infante comparado con ello.
Sobre el génesis de Los Sicuris, Rigoberto Paredes recogió un legado de la tradición oral del este pueblo:
“Cuenta la historia que mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras, en un ayllu cercano a Huarcamarca, llamado Taypi Ayca, un anciano cuidaba a su nieto. Los sollozos de la criatura irrumpían en el silencio omnipresente del altiplano. Los padres del niño habían salido a cuidar sus chacras y a recoger la papa hecha tunta que reposaba en unos charcos cercanos congelados.
La mañana era luminosa y el suelo blanco, cubierto con una capa delgada de hielo.
–Caramba esta wawa no se calla– decía el anciano golpeando la cebada para sacarle el grano. Se acercó al poyo donde borreaba su nieto y le pregunto con voz de abuelo:
–¿Qué pasa contigo che?– y el niño pego un grito tan fuerte que le cambió el color del rostro de barro a morado. El viento sopló fuerte y le sacó un dulce sonido a la caña de cebada. Entonces el anciano hizo una cosa muy rara, tomó varias cañas de distintos tamaños y sopló a través de ellas; inundó la casa una música suave y armoniosa. El niño, al oír aquello, dejó de llorar.
Así, aquel hombre, sin darse cuenta, inventó el sicu o zampoña. Cuando los padres del niño llegaron a casa se regocijaron por aquel invento. Estaban contentos y reían de la ocurrencia del abuelo sin saber que aquél era el origen de los sicuris y que su hijo perfeccionaría aquel instrumento musical usando cañas de carrizo y acompañándolo con el bombo. Cuando el niño creció reunió a sus amigos, con ellos compuso melodías que tocaba una y otra vez mientras cuidaba el rebaño de llamas de su padre y durante las fiestas de pueblo”.
Coincidiendo con el investigador Homero Elías Chávez y con otros autores, Taypi Ayca hoy puede ser considerado como el centro principal de la música indígena originaria, por ser la fuente inicial de Los Sicuris y lugar donde se encuentran los maestros que los interpretan.
En épocas prehispánicas, Taypi Ayca pertenecía al curacazgo Kallawaya. Estudios realizados acerca de diferentes culturas precoloniales revelan que la música es un factor intrínseco de la espiritualidad y de los ritos de los pueblos, axioma que explica el vínculo entre los sabios médicos naturistas y los maestros del sicuri en el territorio Kallawaya.
En la época colonial, recogiendo la forma de organización política y administrativa del incario, Taypi Ayca constituye el Ayllu Taypi con las zonas Morocarca, Chiñaya y Hancohuma de la parcialidad de Huarcas del territorio de Italaque, dirigida por el cacique Quenallata, quien dejó plasmada su imagen tallada en el portal de la iglesia de Italaque, como lo registra el Archivo Parroquial de Italaque de 1776.
Al inicio de la República, Taypi Ayca formó parte de la estancia Taypihata del Ayllu Collana de la parcialidad Huarcas del cantón Italaque, constituida por las zonas Morocarca, Ayca, Chiñaya y Hancohuma, como lo registra el Archivo Nacional de Bolivia en Sucre en su revista número 179 de 1832.
Un libro de actas de 1956 describe la creación de la zona de Lliji Lliji y su posterior constitución como comunidad, aproximadamente, en 1980 y, en el último tiempo, se creó la comunidad Phojraka.
Con el proceso de Participación Popular en 1994, Taypi Ayca y Lliji Lliji pasaron a formar parte del cantón Italaque del municipio de Mococomo. Ya como comunidades, Morocarca, Chiñaya, Hancohuma y Phojraka integraron el municipio de Puerto Acosta, ambas jurisdicciones integrantes de la mismo provincia Camacho.
En ese sentido, el 21de enero de 2015, a través de la Ley Departamental Nº 80, se declaró la “Música y Danza Autóctona de Los Sicuris de Taypi Ayca, Italaque, del municipio de Mocomoco de la provincia Camacho del departamento de La Paz: “Patrimonio cultural, inmaterial del departamento de la paz, y a la comunidad de Taypi Ayca cuna de Los Sikuris Mallkus de Taypi Ayca, con su capital italaque”.
Al mismo tiempo, se reconoce a las comunidades y municipios de la provincia Eliodoro Camacho del departamento de La Paz como la mayor influencia y práctica para la preservación de Los Sicuris, respetando las características propias de cada lugar.
*Es filosofo del Derecho y descendiente de cacicazgo Kutipa de Italaque.
**Es dirigente y miembro de Los Sicuris Mallkus de Taypi Ayca, Italaque.
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